Mentiría si dijera que esta Semana Santa se que voy a echar de menos mis raíces. Trabajar en Cantabria, vivir en Galicia y ser de León, presenta un panorama complejo a la hora de organizar una vida completa.
Me gustaría poder pasar la Semana Santa en León, con los míos, hace casi tres meses que no me dejo caer por allí y en Semana Santa León se pone hasta la bandera, prima la limonada, la gente en los bares, gente de fuera que vuelve… realmente yo lo tenía planeado. Tenía pensado librar toda la semana con el fin de semana incluido pero los planes se truncaron por causas ajenas a mi y me ha tocado mover mi vida por ser la última en llegar.
Pienso en ello y lo siento con pena porque me hubiera gustado ver a toda mi gente, dormir en casa, cenas y comidas con gente que me quiere, no se, disfrutar y salir de la rutina en unas micro vacaciones.
Creo que va a ser la primera vez que me sucede algo similar. Si bien es cierto, que estoy feliz en mi día a día, que vivir en Galicia es una gran decisión y que mi vida personal y profesional me están dando éxitos personales, pero… no quita que me voy a perder algo que para mi era importante.
Lo que no se dice, se pierde, y sentía necesidad de sacar esto de dentro para poder aliviar un poco de carga emocional y morriña.
Continuemos otro días más :)