ALGO BANAL
Con el paso de los años la gente empieza a banalizar todo lo que le rodea; banalizamos sentimientos, personas, emociones… señales de afecto y muestras de cariño… banalizamos hasta las disculpas.
Conozco a dos personas que esta última parte la ejecutan a la perfección y lo hacen a diario.Un “lo siento”, o un “perdón”, sale de sus bocas como una muletilla o frase insignificante, ¡como si pedir perdón fuera algo que se puede hacer sin la menor trascendencia!
No soporto esas formas de hablar, seré yo que con los años me he vuelto mas cascarrabias, pero considero que hay que dar a cada cosa la importancia que se merece y, en este caso, creo que a esto ya le estoy dando demasiada importancia.