Creo...
Creo de verdad que es una cuestión de cerrar puertas y no abrirlas más, de cerrar ciclos y seguir hacia delante, que lo que no se valora se pierde, que lo que no se cuida se acaba llorando y que los duelos sólo se pasan una vez.
Creo de verdad que es fácil sonreír pero lo es aún más cuando ya nada importa, que las palabras son lo que son y los hechos te hacen seguir hacia delante, que limpies la casa, sacudas las alfombras y pases el polvo, que eso también se va...
Que no vale nada porque todo tiene la importancia que le queramos dar y la confianza se quiebra una vez pero no se recupera, y si eso no te parece triste permítete recordarte que el día que pierdas la confianza en ti mismo, podrás gritar a los cuatro vientos que has tocado fondo pero de nada va a servir, solo ayudará a que te des cuenta de que a veces aún tienes opciones, pero gritar en soledad no va a aliviar los problemas de tu alma.
No voy a gritar, voy a seguir a lo mio, a dar el cariño a quien lo merezca y a sonreír en la distancia a quien tuvo todo y no quiso nada porque no le hacía falta.
Y ese día, quizás comprendas, lo que puede ser la más feliz o la más triste de tus horas, pero no podrás echar culpas, estarás sólo por elección.
Hay cosas que no se reparan...