¿Cuándo es el final?
Supongo que nunca sabes cuando es el final de algo. Hoy estamos para alguien y mañana dejamos de estar, no por algo concreto, por caprichos del propio destino, que se encargan de darte mensajes para seguir avanzando y te marca una pauta, un camino… una serie de lecciones que si no aprendes te repiten.
He dicho destino porque es lo que todos entendemos, pero simplemente las decisiones que tomamos en la vida nos ponen en un camino u otro.
Afortunada o desgraciadamente, el camino no es el mismo para todos y es por ello por lo que unas personas y otras pueden coincidir en el tiempo y espacio pero no en las circunstancias.
Parece que las cosas avanzan en la misma dirección por haberse encontrado pero realmente no avanzan, el universo únicamente te concede unos momentos puntuales de disfrute y reflexión pero, la persona que baraja las cartas de tu vida, te mira desde arriba diciendo: “ya está otra vez esta subnormal”.
No tengo claro si es necesario que la enseñanza la repitamos una y otra vez, pero es mejor que nos lo tomemos como un periodo de “vacaciones emocionales” que de enseñanza propiamente dicha.
Ojalá la vida no fuera solo un camino de ida y pudiéramos decidir cada mañana que punto vivir, como si fuera la cafetera: hoy el día lo quiero más caliente, mas aguado, menos negro, mas dulce y menos sólo o más negro, frío y sólo.
Si alguien tiene que perdonar mi actitud, me disculpo desde ya, pero ahora mismo decir si a algo que considero no, sería ir en contra de mis principios y mis ganas… y eso si sería un engaño.