Ha pasado la navidad. Es oficial. Se ha terminado ese momento de esperar a la siguiente fiesta para ver a no se qué familiar lejano tomándote algo en las horas previas a cualquier cena navideña. Se ha terminado la angustia de no saber que regalar, que esperar, que hacer, que ponerse para salir, saber si salir…
No se vosotros, pero para mi ahora llega lo bueno. Debo reconocer que poder juntar a mi familia y disfrutar con ellos de las tan ansiadas - por mi parte- sobremesas, me ha reconfortado y cargado las pilas.
Estar con mis amigos y poder darles un abrazo y un par de besos me ha servido para cargar y poder avanzar. Poder juntarnos todos en casa bajo un mismo techo ha sido muy agradable.
Y ahora… ¿Qué? Hemos cambiado de año, otra nueva aventura comienza, ¿empezamos ya con los propósitos o lo dejamos para la semana que viene? Yo tengo varias ideas y varios cambios que quiero hacer, pero se también que me tengo que sentar a estructurarlos para que salgan con éxito.
Este año he recibido (y he comprado, para que engañarnos) muchos libros que quiero leer. He echado de menos esa parte de mi que desconecta de las mundanas realidades diarias por medio de alguna historia encuadrada en otro tiempo, sea o no de ficción. No he sido excesivamente optimista pero si realista, he marcado en mi perfil de Goodreads el número de libros que me he propuesto leer este año.
Es curioso, la semana pasada, haciendo scroll en mi Instagram vi una imagen de una chica con libro de Alicia en el País de las Maravillas. Nunca he tenido claro el motivo por el cuál ese libro me gusta tanto, porque aunque es un libro genial, no lo tengo como un libro de cabecera, pero si que es cierto que llevo años diciendo que me encantaría tener una primera edición. La he buscado, quizás no con las ganas que merece, pero la he buscado, y esa imagen me lo ha recordado de nuevo, y puede que este año sea ese otro de mis propósitos, el de poder tener una primera edición del libro de Lewis Carroll en mis manos.
También, en mi lista de propósitos, tienen cabida los mismos propósitos que se han puesto el resto de mortales en este mundo:
Hacer deporte.
Comer sano y bajar los kilos que me sobran.
Dedicar menos tiempo a cosas que me lo hacen perder.
Disfrutar mas de los míos.
Quererme más y mejor.
Cuidarme más y mejor.
Tratar de mostrarme mas cercana con esas personas que están sin pedir.
Supongo que la lista de tareas es también larga, ahora bien, ¿cuál es el motivo de que queramos empezar el año con todos esos objetivos? ¿el año pasado era otra persona?¿a qué se debe el querer cambiar mi realidad? no entiendo mi propia motivación como para pararme a pensar en el resto. Quizá se deba a la necesidad de cierre y apertura de etapas que atravesamos a lo largo de nuestras vidas, o simplemente por costumbre de que hay que hacer lo que se supone que se debe hacer y sin cuestionarlo, la cuestión es que me da paz pensar que hay opciones de cambio y mejora, de avance; personal, profesional… saber que podemos elegir que hacer y que solo depende de nosotros.
Otra cosa que me propuse ha sido seguir con esto, con escribir aquí. Desde que me he venido a Substack me he dado cuenta de lo sencillo que resulta el que fluya el pensamiento a través de mis manos, creo que fruto de lo fácil que es de usar.
Solo llevo dos entradas en este año pero espero que sean el principio de muchas.
Feliz fin de navidad.