El perdón
Esta semana me ha ocurrido un suceso personal que me ha dado que pensar. Creo que cuando eres pequeño, es sencillo eso de pedir perdón y todos se quedan contentos tras un lo siento, pero cuando eres adulto, las cosas a perdonar ya no son las mismas. Ya no hablamos de me deshizo mi casa de hojas en el patio, hablamos de cosas reales y problemas que pueden doler dentro, donde no queda cicatriz visible a los ojos.
Estuve reflexionando sobre lo que se considera perdonar y creo que no es tan sencillo, no vale con decir “lo siento” cuando el daño infringido es real y consciente, es decir, cuando sabes que lo que haces no lo debes hacer y lo haces igualmente.
En la universidad, en un curso de extensión universitaria que hice hace relativamente poco, se trataba este tema y mencionaban una herramienta para poder perdonar consistente en tres cartas.
Carta 1: carta del resentimiento - escribir en una hoja en blanco todo lo que no soportamos de la otra persona, lo que no nos gusta o nos provoca rechazo u odio, o lo que nos ha causado tanto dolor. Hay que poner absolutamente todo y cuando esté la quemaremos en un lugar seguro. Al quemarla debemos observar como se convierte en cenizas, entendiendo que todo lo que nos hace mal dentro se quema junto a ella. Se recomienda pasar unos 3 días hasta realizar la siguiente carta para poder asimilar todo.
Carta 2: sobre las cualidades de la otra persona y lo que nos aporta o ha aportado: en ella habrá que describir las cualidades positivas de esa persona, las características que nos agraden, con las que estemos alineados o que nos hayan aportado algo positivo en algún momento de nuestras vidas. En esta carta podremos, además, añadir algo que sintamos que podemos agradecerle, algo que en algún momento haya hecho por nosotros o que haya sido de ayuda para nosotros. Al finalizarla, la leeremos y la guardaremos. Después esperaremos otros tres días y escribiremos la tercera y última carta.
Carta 3: carta de agradecimiento y comprensión: por medio de esta, entenderemos que todas las personas que nos rodean y que están o han estado en nuestra vida en algún momento nos han enseñado algo sobre nosotros mismos. Con ésta carta podremos aprender que aquello que percibimos como un ataque es una traducción subjetiva de la realidad. Al finalizarla, la leeremos igualmente y la guardaremos.
Por medio de esta herramienta, conseguiremos llegar al perdón. Esto no quiere decir que tengamos que volver a tener una relación con la persona que nos dañó, simplemente es para que nosotros mismos tratemos de vivir mas tranquilos y sin ese pesar interior.
No se si os servirá pero me parecía interesante dejarlo por aquí.
Nos leemos.