Foto reflexiones.
Siempre pensamos que la felicidad está en los caminos difíciles, en las cosas más elaboradas y que más ruido hacen por su aparente importancia.
La vida te enseña todo lo contrario, la felicidad huye del lado de quienes perturban su vida con actitudes postizas tratando de aparentar lo que no son, por el simple error de creer que “el ser importante” los hará felices. Nada más lejos de la realidad…
La importancia “fabricada” de una persona, no le dará la mas mínima felicidad, porque cuando este a solas con su conciencia, esta no de dejará de recriminarle su arrogancia y deshonestidad, y se dará cuenta de que aquella pirámide de inocentes mentiras que construyó para sorprender a los demás, se vendrá abajo como un castillo de naipes, quedando solo la sensación de haberse engañado a sí mismo y haber perdido el tiempo.
Cuando más sencillos seamos, mejor sabremos apreciar los inmensos dones que nos da diariamente la vida, aprendiendo a valorar los pequeños detalles. Seremos cuidadosos con nuestro cuerpo, y alimentaremos nuestro espíritu deteniéndonos antes personas, palabras o sucesos que puedan resultar aparentemente insignificantes.
Y es que, en esta vida, todo tiene un valor y una razón de ser, lo que sucede es que estamos muy apurados cuidando nuestra importancia para verlos. Creemos parecer demasiado simples o ingenuos si nos detenemos a mirar la belleza de una flor o el vuelo de un ave. Somos demasiado “importantes” para eso…
Si dedicamos unos minutos al día en “perder nuestro tiempo” con cosas simples, un nuevo mundo se brindará ante nosotros, y aprenderemos a ver con nuevos ojos, oír con nuevos oídos y sabiendo que estamos vivos para disfrutar de todo lo que nos venga pero hemos optado por ignorarlo.
Aún estás a tiempo de recuperar el tiempo perdido, pretendiendo ser importantes, ilustres y famosos. Esto, en todo caso, sorprenderá a quienes nos rodean pero dentro nos dejará un inmenso vacío.
“El arte de la vida es aprender a ser feliz con poco”
Jennifer García.