La frustración
Si has leído el título de mi post, probablemente te haya venido a la mente alguna situación o persona que vive en este estado constantemente.
En el pasado, en una empresa en la que trabajé durante 11 años, viví permanente en este estado, lo que me creó bastante ansiedad y una enfermedad física que no mola nada, sarcoidosis, que me dejó ciega en tres ocasiones. Pero ciega, ciega. De no ver ni para poder coger el bolso. Ciega.
Muy amablemente, el Equipo de Neurólogos del Hospital de León, me indicaron como proceder, pues lo siguiente que me esperaba podía ser una enfermedad irreversible y nada recomendable. Por ello, me indicaron claramente que tenia un problema severo relacionado con el estrés y que to misma debía atajarlo.
Sonaba super bien pero era complicado cuando sabes que es el trabajo y que necesitas el dinero para poder comer y seguir viviendo. En aquel entonces, yo no era capaz de discernir que era la realidad de que no lo era, es decir, la realidad no era que ese era el único trabajo y que yo tenía que soportar todo lo que allí sucedía.
La realidad era que tu te puedes largar cuando quieras y buscarte otra cosa mejor si el lugar en que te encuentras no es aquel en que te sientes bien. Ya no era solo el que allí no te valoraran profesionalmente, es que el trato humano dejaba mucho que desear. Fruto, quizás, de que la persona que dirigía la labor a la que yo me dedicaba era una persona mediocre, impresentable, con nulas capacidades intelectuales y cero habilidades sociales.
Creo, analizando ahora con distancia, que esta persona estaba frustrada también y lo pagaba con gente que veía mejor en muchos aspectos. Es lo que tiene el conformarse, que te ves condicionado a vivir una vida que no quieres y que por ello tienes que tragar. ¿Cómo lo solucionaba? menospreciando al resto.
Mis vacaciones no se pedía, se lloraban (literalmente) fruto de que la persona en cuestión no las cogía porque no tenía con quien pasarlas. Por otro lado, el aumento de sueldo era un tema intratable porque si te subía el sueldo (a sabiendas de que era merecido), demostraba que su persona debería subirlo y eso era dar muchas explicaciones para justificar un trabajo que no sabía hacer y que dejaba a la persona en total desventaja.
Puedo enumerar los 11 años de crueldades y lloros pero tampoco tienen sentido porque no es el objetivo de mi post. Lo es el hecho de que veo actualmente a gente frustrada, en sitios en que no quiere estar pero que se conforma.
La vida no va de ser infeliz, la vida va de otra cosa. Esto que pasa mientras esperas, es la vida que tienes, esa en la que hoy sales de casa y en la noche no vuelves. Quizá valoramos el tiempo poco porque no somos conscientes de su límite.
Aprendí hace demasiado tiempo que no conformarse es la clave de la felicidad, que si estás en un puesto de trabajo que no te llena, debes buscar otro que si lo haga. Que si una relación (del tipo que sea) no es lo que crees que mereces o que sientes que pierdes, no tiene sentido estar así.
Hay hijos que tratan de ayudar a sus padres con X problemas pero esos padres no quieren soluciones. E insistimos, una y otra, y otra vez en ayudar a una persona que no merece ayuda cuando lo lógico es pensar que adultos somos todos y ya va siendo hora de poder ponerle remedio.
Una vez, alguien me dijo que los vínculos de sangre no son nada si no se sienten en el corazón y realmente, si con los de sangre podemos discernir que si, que no, y que puede, imagina que podrás hacer con esos otros que no son nada mas que fruto de tu propia elección.
Si algo no suma, resta, y si resta, molesta.