Me paro.
A veces me paro, escucho y siento. A veces me detengo por unos instantes a pensar en lo que pasa por mi cabeza o por mi corazón. Es una sensación extraña, a veces mejor o peor, pero cuando es de felicidad, es curioso cuando te detienes y te empeñas solo en disfrutarlo.
Es un momento de paz y tranquilidad absolutas, de la mas profunda de las calmas internas, de liberación, de conexión con lo que me rodea, pero claro, tienes que parar unos segundos para darte cuenta, porque sino, el resto del tiempo, sabes que eres feliz pero no eres consciente de como te afecta.
En la vida, está bien detenerse a veces para poder seguir caminando después con mas fuerzas, detenerse para saber que seguir hacia delante es la única opción, que no hay segundas oportunidades muchas veces y que es mejor que des todo lo que puedas de ti para que cuando pasen esos instante de felicidad, no sientas que pudiste dar mas y no lo hiciste.