Punto de control.
En una ciudad como León, en que parece que nada pasa y que todo es monotonía, una chica como yo se encuentra a veces con tantas situaciones que atacar que no sabe ni por donde empezar. Es cierto decir que no todo el mundo quiere ese tipo de vida, pues hay quien se conforma con estar en el sofá, trabajar y dormir, esperando a que llegue la jubilación para ser feliz, pero ¿a caso no es cada día el momento de ser feliz?.
Llevo una temporada en que la vida no para de sacudirme, siento que me tambaleo en mi propio mundo, antes al menos había una parte fija, si no era personal, era la profesional y si no simplemente la emocional. Ahora eso ha cambiado y las tres bailan al son de una música que claramente yo no toco, pero... ¿y si la vida trata de eso?
Por experiencia sé que todo cambio comienza con una fuerte sacudida. Lo comprobé cuando cambié de trabajo, cuando cambié de forma de vida y cuando cambié de forma de ver mis relaciones personales, ¿quizá la vida ahora me dice que "se vienen cositas" y yo no lo estoy queriendo entender?
En cualquier caso, miro atrás y recuerdo a mi yo de hace dos años con nostalgia, lo tenía casi todo, la vida estaba en el punto de control que quería, y si pudiera restauraría sesión a ese punto de control anterior, pero las cosas no son tan sencillas y los pasos dados para llegar al punto de control actual son igual de importante que los que tocó dar para llegar al anterior.
Creo que toca vivir el hoy para poder tener un mejor mañana, pero el mañana ni existe, y como muchas veces he expresado; "si no lo veo, no existe, y si no existe, es que no ha pasado", por lo que igual se trata de eso, de aguantar estoico cada sacudida para ver hasta donde podemos llegar, tratando de disfrutar por el camino. Allá vamos.