SE ACABÓ
Se acabó, por fin pasó. El saber convivir con la soledad es tan maravilloso que cada día que pasa solo genera un paso más hacia delante en la lucha por lo que quiero sin descuidar mi objetivo.
Se acabó eso de esperar que te saquen a bailar, cenar o al cine. Se acabó esperar por cosas que nunca llegaban consiguiendo que dudase hasta de mis propias capacidades emocionales.
Se terminaron los nervios en el estómago, las ansiedades, las noches en vela, los irte a la cama por miedo con desconfianzas que acabaron siendo reales.
De todo esto se aprende, aprendes que la peor ansiedad es la que tiene uno dentro, a nadie le gusta tener unos nervios en el estómago que te paralizan, que te hacen perderte en inseguridades, que te hacen pensar en estallar, huir o quedarte, no dormir, no comer…
He salido ganando, vamos que sí. ¿Y lo mejor? Que me siento más viva que nunca.