Ser felices sin tanto cuento.
Que los cuentos ahora no son de caperucitas ni lobos feroces, que las princesas no necesitan que nadie las rescate. Que si que existen cuentos, de gente malvada, de príncipes y princesas que huyen en sus coches eléctricos y que no miran atrás, que saben que se puede ser feliz sin tanto cuento. Que todos podemos escribir nuestras historias, que no tiene que tener finales felices siempre, que para conseguirlos tendremos que pasar muchas guerras y tormentos provocando finales terroríficos y dolorosos.
Que si, que el coco sigue durmiendo bajo la cama, esperando a ponerse en tu vida cuando menos lo esperes, en mi caso se pone también en un cojín. Que cuando la oscuridad del bosque se adueñe de tu vida, no será fácil que la luz de nuevo brille, pero está claro que tampoco será imposible, así que coge tu corona y salta hacia delante con todas tus fuerzas, porque venga lo que venga, podrás con todo. Vamos que si podrás, con lo que quieras y lo que se te antoje, porque tu escribes tu cuento y no dependes de nada ni nadie más.
Que hay que ser felices, si, pero no necesitamos a nadie, solo a nosotros mismos.
Solo tú puedes salvarte.