Me siento tan decepcionada ahora mismo que si no lo cuento me van a salir subtítulos. Llevo el último año que todo el mundo es a darme consejos sobre como debo vivir, pero no recuerdo que en ningún momento yo haya pedido ninguno. Durante gran parte de mi vida, viví por lo que los demás esperaban de mi; un trabajo cerca de casa por la comodidad de que cayera dinero todos los meses, decir menos lo que piensas por no herir, entender cuando alguien me trataba mal que “él era así”, qué comprar, dónde, cuándo, dónde vivir, cuándo ir a vivir, cuánto pagar, cómo pagarlo… y sinceramente un día me harté y hasta hoy.
A cada perro que me ladra.
A cada perro que me ladra.
A cada perro que me ladra.
Me siento tan decepcionada ahora mismo que si no lo cuento me van a salir subtítulos. Llevo el último año que todo el mundo es a darme consejos sobre como debo vivir, pero no recuerdo que en ningún momento yo haya pedido ninguno. Durante gran parte de mi vida, viví por lo que los demás esperaban de mi; un trabajo cerca de casa por la comodidad de que cayera dinero todos los meses, decir menos lo que piensas por no herir, entender cuando alguien me trataba mal que “él era así”, qué comprar, dónde, cuándo, dónde vivir, cuándo ir a vivir, cuánto pagar, cómo pagarlo… y sinceramente un día me harté y hasta hoy.